12 ene 2008

Lecciones de Libertad de Expresión

En nuestro país somos ejemplo y modelo de libertad de expresión, por eso debemos dar lecciones a todos esos “populistas” que hay por el mundo. Sobretodo si forman parte del eje del mal, según los cánones de buena conducta. Cánones, dictados por el jefe del universo. Ese presidente del estado más armado del mundo y que es adalid del bien mundial.

Tenemos varios ejemplos de cómo se debe respetar la pluralidad informativa. Éstos se pueden ver en las televisiones, ya sean públicas o privadas, y también, como no, en los restantes medios de comunicación. Citarlos todos sería largo y soporífero, de ahí que sólo, de manera superficial, haré alusión de éstos.

En Venezuela, sin ir más lejos, se hace un programa donde el Presidente, en un acto populista sin igual, se da “chola”. Y si da alguna información a la población es con la intención de mantenerse en el poder y ensalzar, de manera descomunal, sus minúsculos logros. Esto es algo que no tiene cabida en nuestro país. Para citar lo que mejor conozco, en Canal Sur Jaén y Andalucía, televisión pública, apenas aparecen Gaspar Zarrias (Consejero de Gobernación) o Manuel Chaves (Presidente de la Junta de Andalucía), respectivamente. Por lo tanto, la libertad de expresión es palpable en nuestro territorio en clara contraposición de lo que pasa en ese, o en otro país con un gobernante parecido.

Lo mismo ocurre en los en las televisiones privadas. Por lo que no es raro que se rasguen las vestiduras cuando observan los métodos que emplean en los países que están ubicados en esa cepa de la maldad según la forma correcta, y única posible, de percibir el bien y el mal en nuestra sociedad. Una clara muestra de cómo en estas cadenas televisivas se respeta la pluralidad, la vamos a comprobar al ver la programación con motivo de las próximas elecciones generales donde todos los partidos políticos con representación parlamentaria tienen su espacio sin ningún tipo de restricción ni de discriminación. Y es que en los estados, verdaderamente, democráticos el, no se si autodenominado, cuarto poder es un claro ejemplo de libertad, pluralidad e independencia.

Todos los medios de información reflejan la pluralidad sin fisuras. Aunque de cuando en cuando esa diversidad pueda parecer uniformidad. Sin ir más lejos, cuando tratan a la casa real no les queda más remedio que reflejar la situación existente en nuestra sociedad y decir que todas y todos los españoles queremos por igual y sin resquebrajamientos a la figura del rey. Aunque no dudan en comentar de pasada, como muestra de reflejo de la disparidad de nuestro país, que tan sólo unos cuantos cuestionan la imagen del jefe del estado. Eso sí, dejando bien claro que, éstos, irracionales, están situados en la ultra derecha o bien en la extrema izquierda. Y desde el rigor informativo, nos dirán, aunque sea un tópico, que los extremos se juntan. Dejando bien a las claras que los oponentes del jefe del estado español no pueden ser otra cosa que violentos, ofensivos y faltos de razonamientos. Pues cualquier persona de bien y en su sano juicio no puede oponerse a una representación de tal magnificencia. Estoy convencido que si no fuese así, nos revelarían toda la información de manera correcta y veraz. Lo que pasa es que en ese tema ahí una total uniformidad en nuestro país. ¡Qué le vamos a hacer!

Juan Carlos, como se ha dicho en el programa de María Teresa Campos “Laberinto de la Memoria”, es el “rey de todos”. En España nunca han existido republicanos. Y sin han existido en alguna ocasión ahora son juancarlistas. Expresión acuñada por algún ilustre político nonagenario que en su día vio la luz y recondujo su camino y abandonó el republicanismo.

Si tú, que estas leyendo esto, crees que hay otra forma de gobierno que se llama república. Respira profundamente, y piensa que eso sólo puede deberse porque estas contaminada o contaminado por ese virus del mal o, eres muy joven aún, son los únicos motivos para pensar de forma semejante. Pero en cualquiera de los dos casos no te preocupes el tiempo te hará madurar y pensar como es debido. Y no olvides que siempre hay tiempo para seguir el ejemplo de ese famoso anciano que proclama su juancarlismo. Pues se puede ser antimonárquico, pero no antijuancarlista. Eso es una abominación propia de tiempos anticuados, es un pensamiento inadecuado en la actualidad. Tampoco estaría mal, si persistes en ésta forma de ensimismarte, que tuvieses cuidado con tu comportamiento pues te puedes convertir en una persona antisocial que derive en alguien violento, ya que no cabe otra lectura posible de esa actitud en la sociedad “plural” en que vivimos.


NOTA: He podido leer en el libro "Los Comuneros" de Joseph Pérez (Pág. 192) unas estrofas de de Luis López Álvarez que he creído oportuno incluir aquí. Dice así,

La lucha larga ha de ser
por la libertad del reino,
que no fuera libertad
los que los reyes le dieron
que libertad concedida
no es libertad, sino fuero.