26 abr 2008

Curioseando

Tengo que reconocer que soy de esas personas que leen, aunque no siempre, revistas y periódicos aunque sean atrasados. En esta ocasión es una revista de economía y gestión de viajes denominada SAVIA. Concretamente la Nº 50 publicada en septiembre de 2007. En él define a George Soros como financiero y filántropo es uno de los pioneros en la creación y gestión de fondo de inversión de alto riesgo (a modo de comentario diré que este tipo de inversiones tan arriesgadas, de forma genérica, son las que han causado a más de una familia estadounidense, de economía modesta, la ruina), con los que ha ganado millones.

A este hombre, siempre según esta publicación, se le considera el arquetipo del especulador financiero y profeta del post-capitalismo. Inversionista, filántropo, activista político liberal y filósofo, su nombre en España está vinculado con MedGroup inmobiliaria pionera en el ámbito del turismo residencial.

La misma revista afirma que, tiene una fortuna que ronda los 7000 millones de dólares, nunca ha generado riqueza, pero sí ha logrado enriquecerse gracias a sus especulaciones en la bolsa. Su primera y principal sociedad, Quantum Foud, con domicilio fiscal en los paraísos de las Antillas Holandesas y más tarde en Curaçao, le asegura un beneficio medio anual del 34,5%.

Desconozco si todo esto es cierto, me limito a reflejar lo publicado en esta revista. De este hombre también dicen que es presidente y director de una multitud de asociaciones benéficas a las que destina cientos de millones de dólares. Sus programas fomentan los derechos humanos, la lucha contra la drogodependencia y el desarrollo de la libertad de expresión. Definiéndolo, incluso, como mecenas y filántropo. O lo que es lo mismo benefactor.

Me parece que hay contracciones en el trato que da esta revista a este hombre, pues entre benefactor, que es a la vez sinónimo de benévolo, de misericordioso, de dadivoso o de generoso, entre otros. Se contradice con ser un especulador, que es sinónimo de abusador, usurero y estafador. Todo esto según el diccionario, vamos que eso no se lo estoy llamando, si no que me limito a comentar los calificativos de la revista y sus contradicciones.

Abundado en las argumentaciones que considero contradictorias, destaco que como se puede calificar a cualquier persona que fomente algo como las inversiones de alto riesgo que ha provocado la quiebra de las economías de familias modestas en estados unidos, para a renglón seguido decir que fomenta programas de lucha contra la drogodependencia. Es un hecho probado que en una situación de ruina familiar puede inducir a no pocos escenarios de dependencias a distintas sustancias. De ahí surge otra contradicción.

Por otro lado, y esto ya no es una contradicción propiamente dicho, habla de paraísos fiscales. Esos paraísos fiscales donde refugian las ganancias los grandes acaudalados, provocan que tenga que surgir estos “bienhechores”. Aunque tengo que decir que no son tales, pues utilizan éstas argucias legales para que le desgraven en sus pingues beneficios, obtenidos de la especulación (que ya hemos visto sus sinónimos) financiera y que no generan riqueza alguna. Tampoco ayudan, con sus contribuciones fiscales a que sean los distintos estados quienes aborden estás las atenciones sociales de manera universal y gratuita y no a través de organizaciones caritativas de quienes se enriquecen con la especulación o de inversiones que generaran, no pocas, situaciones de falta derechos humanos, como vivienda, educación, asistencia médica y situaciones límites que deriven en que quienes sufren la situación de ser expulsados por esta sociedad, encuentren la salida fácil o el refugio de la drogadicción de cualquier tipo.

Quiero finalizar diciendo que es normal que en una revista dedicada a la economía alaben a hombres como este. Lo que me parece algo repugnante es que quieran destacar una faceta como la filantrópica, que es sinónimo de generoso, cuando quizás a las personas de éstas características se le pueda aplicar con más exactitud un antónimo a la filantropía. Pues lo que más me repatea es que conviertan a especuladores (con sus sinónimos incluidos) en todo lo contrario. Y lo peor es que las víctimas por estos abusos (especulaciones) los consideren sus protectores, si de forma caritativa reciben, por casualidad, alguna ayuda de quienes causaron su ruina económica.