No son pocas las veces que me cuesta entender lo que escucho y veo en las noticias. Puedo parecer reiterativo pues en muchos de estos escritos este tema se repite. Pero es que los medios de intoxicación no se cansan de lanzar noticias de este tipo y esta página se llama Segunda Opinión y por lo tanto trato de dar una opinión con un punto de vista diferente a la versión oficial.
En este caso me voy a referir a lo que sucede en Bolivia, con su presidente a la cabeza Evo Morales. Nos dicen los manipuladores de noticias de manera alarmada que el presidente, democráticamente elegido, se niega a admitir la independencia en las provincias de Santa Cruz, Pando, Beni, Tarija y Chuquisaca. He de reconocer que hasta hace poco estos nombres eran totalmente desconocidos para mi. Pero siempre intento documentarme antes de escribir sobre un tema y a ello voy.
En primer lugar me extraña (si esa palabra tiene algún sentido a estas alturas del partido) que en España se rasguen las vestiduras porque no se le concede la autonomía, con marcado carácter independentista quienes estiman que es una barbaridad que se solicite un referéndum para que un pueblo decida sobre su autodeterminación. Eso tiene un nombre: Doble Rasero. Pero eso ya no sorprende a nadie, es lo habitual. Tampoco me siento sorprendido por esa forma de actuar, en todo caso me encorajino por ver como se alinea el pensamiento de la sociedad para adecuarlo a los intereses de unos cuantos. En cualquier caso lo que me causa estupor es la capacidad que tienen para utilizar esa doble tabla de medida sin sonrojarse siquiera. Además hay que tener en cuenta que los movimientos independentistas bolivianos tienen un alto componente de violencia, y no dudan en aplaudir ese movimiento con la violencia incluida, pero sin embargo no dudan en descalificar a quienes piden la autonomía a través de una consulta popular. Es o no esto sorprendente, pregunto.
Hay que decir que la raíz del problema tiene su origen en no admitir los resultados electorales donde salió elegido. Evo Morales gana las elecciones y la oligarquía de estas provincias no lo admiten. Los cruceña, concretamente, es una sociedad marcada por la etapa colonial donde los apellidos de rancio abolengo castellano o vasco son todavía los de las grandes familias que dominan la economía y la política local. Pero si abandonamos el centro de la ciudad de más de millón y medio de habitantes veremos la otra cara de la moneda. Una ciudad donde el racismo aún no ha sido abolido, ni incluso del vocabulario, pero como no está bien visto en el siglo XXI llamarse blanco en contraposición de indio, pues se limitan a llamarse "cambas" y "collas" para definir a los indígenas. Y eso es lo que defienden como ideal nuestros bien pagados informadores del sistema.
Aunque todo enfrentamiento que se precie tiene su origen en la dispuesta del poder económico. Antes que nada quiero hacer una reflexión personal y es que prácticamente ninguna zona que está sumida en la pobreza pide la independencia. Y la oligarquía cruceña, mayor exponente del poder económico, no está dispuesta a ceder un ápice de sus suculentas rentas en beneficio de la comunidad pobre boliviana. Tampoco es que hayan sido "atacados" por un repentino sentimiento secesionista, al menos los informadores no han manifestado en ningún momento donde se hable de él. Por lo tanto, lo que defiende son los beneficios que provienen de la agricultura, petróleo, gas natural y minerales. Contribuyendo al PIB con más del 30 por ciento, en el caso de Santa Cruz.
Una vez me informo y tengo a la vista estos datos, que aquí he resumido, pues me doy perfectamente cuenta porqué esos presuntos informadores utilizan el doble rasero y llego a la conclusión de que lo que están defendiendo son los intereses comerciales de sus "amos" y sin duda eso me ayuda a entender todo mucho mejor.