Si con esta crisis alguien pensaba que iba a salir perjudicado el sistema económico que la ha provocado, es hora de decirle que no tenga ninguna esperanza.
Los gobiernos que sustentan el liberalismo económico han iniciado un ataque a degüello contra la sociedad del bienestar.
El último de estos embates es hacia los perceptores de las pensiones en un futuro. El gobierno del estado español ha presentado una propuesta, que satisface a la organización empresarial CEOE, en la que plantean que la edad de jubilación se ampliase hasta los 67 años, además formulan que desaparezcan o se acorten las pensiones de viudedad, razonándolo todo ello de distinto modo.
La proposición de los grandes empresarios de este país era que la edad de jubilación se amplíase hasta los 70 años y el gobierno ha movido rápidamente ficha a favor de los patronos olvidando a quien dicen defender y de los que reciben votos: las y los trabajadores.
Considero que ninguna persona trabajadora y honrada de este país entienda como se puede paliar el paro aumentando la edad de jubilación, pues la lógica dicta justamente lo contrario. Tampoco podrá comprender que alguien que esté en el andamio, en el campo o en cualquier trabajo que requiera esfuerzo físico pueda estar hasta los 67 años, cuando ahora mismo nadie recibe ofertas para estos trabajos a partir de los 55 años o quizás antes. Ni concebirá que nos digan que no se pueden cobrar pensiones de viudedad porque ahora la mayoría de las mujeres, así lo explicó el ministro, están en situación activa, es muy difícil creer esto porque quienes realizan esta propuesta cuando cesan en sus cargos en el gobierno tienen pensiones vitalicias aunque sigan en activo y no estamos hablando de 350 euros al mes como es la pensión de muchas viudas.
Las personas honradas y trabajadoras hace mucho que perdieron la esperanza, aquellas ilusiones de igualdad que se esparcían en los últimos años de los setenta y que se quedaron hace tiempo en aguas de borrajas. No dudo que haya personas de buena voluntad que piensen que si no hacen más es porque no pueden, cada cual se consuela como quiere.