10 ago 2015

La dignidad de Unamuno



El trabajo nos hace Libres (Auschwitz)

Hoy, 9 de agosto de 2015, es el 70 aniversario de la bomba lanzada sobre la segunda ciudad de Japón y por lo tanto es el día de la segunda barbarie, entre tantas que se han producido, me encuentro con este artículo y tengo la extraña sensación que cada vez que leo más entiendo menos (invito a leerlo). El nombre del blog ya es curioso: "El trabajo nos hace libres" o "El trabajo libera" con este letrero tan "alentador" se recibían a los presos en Auschwitz, sin embargo quienes de aquél infierno salieron vivos fue gracias a la intervención del ejército soviético o el ejército rojo como se le conocía en tono más despectivo. Pues bien en éste, citado, blog leo la frase pronunciada por Unamuno de "Venceréis pero no convenceréis" y si el golpe de estado fascista del 18 de julio es difícil de entender (aunque hay quienes lo comprenden perfectamente y lo justifican) leyendo las palabras y las diversas intervenciones que el 12 de octubre de 1936 se realizaron en el paraninfo de la universidad de salamanca, es donde nace mi reflexión de cada vez que leo más entiendo menos. Lo que entiendo menos, y voy por partes, es que el país que no quiere que proliferen las armas nucleares sea el mismo que más posee, entre otras armas de destrucción masiva y el único país que la ha utilizado hace 70 años. Tampoco entiendo la hipocresía de gobierno nazi alemán y su "eslogan" en la puerta de entrada de Auschwitz, siendo conocedores que llevaban allí a estas personas a exterminarlas. Pero lo que me deja perplejo es la entereza de Unamuno, que a pesar de apoyar la causa mal llamada "nacional" no reparó ni ahorró palabras al ver el horror que suponían las intervenciones llamando a la MATANZA (con mayúsculas) de unos asesinos no juzgados casi 80 años después y que supuso, a la postre, ese multitud de mutilados que vaticinó Unamuno y que, bajo mi punto de vista, se quedó corto y considero que hasta su muerte fue de pena y al mismo tiempo de alivio pues si hubiese visto los crímenes cometidos y la posterior represión habría fallecido de observar la barbarie que había apoyado sin ser consciente del talante sangriento de ésta.


Las garras del fascismo, al que alegremente apelaban los interlocutores de Unamuno (prefiero no nombrarlos) presiento que están comenzando a afilarse de manera silenciosa pero sin pausa alguna. El aumento de la intolerancia paulatino pero constante me hace presagiar que o el pueblo español corta de raíz con la barbarie fascista o estamos más cerca de repetirla que de juzgar a quienes la causaron ese odioso 18 de Julio de 1936. Los ingredientes están servidos una gran desideologización y no quiero hablar en el plano político sino simplemente sobre los derechos humanos que de manera premeditada se ha ido inculcando a la mayor parte de la población prevaleciendo las actitudes intolerantes como el racismo y otras de otra índole, la falta de empatía o de solidaridad nos lleva a la deshumanización y por lo tanto a la alineación de las personas y eso, ojalá me equivoque, nos conducirá a un estado totalitario que acabará, ya lo está haciendo, con derechos y libertades conquistadas con la sangre de valerosas personas inocentes que fueron y siguen siendo masacradas por pensar diferentes o, simplemente, por tener un tono de piel distinto o por tantas sinrazones en las que se apoyan personas que comparten la ideología excluyente de los las personas que replicaron aquél 12 de octubre a rector de la Universidad de Salamanca: Unamuno.