31 ene 2010

Ayer y Hoy

La tecnología es algo que ayuda a vivir mejor. Sin ir más lejos está la que va a suprimir cacheos sobones en los aeropuertos por unos escáneres que te desnuda de manera digital. Todo ello a favor de la seguridad y para luchar contra el terrorismo.

Esto del terrorismo va por épocas, lo que en el siglo XVII era un proscrito ahora en serie televisiva es convertido en héroe y justiciero en la figura del “Águila Roja”, en otra época se llamó “Curro Jiménez”. Nos han educado con modélicos ejemplares de justicia social de tiempos pasados, sin embargo si ahora las quisiéramos poner en práctica te llaman antisocial o te meten veinte días en prisión preventiva por realizar una protesta pacífica a favor del futuro de las generaciones venideras. Esto viene a corroborar que la venda de la justicia está deshilachada por el ojo que obedece a los poderosos.

Es conocido que el miedo es el arma más eficaz que han utilizado, desde siempre, los gobernantes hacia sus gobernados. Terroristas que proliferan como rosquillas para vendernos escáneres que te desvisten. Virus de gripes que surgen “espontáneamente” en tiempos de crisis. Vacunas que se adquieren masivamente, mientras que la población civil ha demostrado que la alarma no está justificada y que solo el enriquecimiento de laboratorios farmacéuticos puede estar detrás del motivo de esta alarma y por supuesto la docilidad con éstos de quienes tienen la responsabilidad de gobernarnos.

La dignidad nos la hacen colgar delante de cualquier escáner mientras que partidas de droga entran impunemente en palés de fruta que van a parar a los, debidamente exculpados por los medios de intoxicación, grandes almacenes. Si este mismo alijo es interferido a un modesto transportista será sospechoso de haberse dejado seducir por la indignidad del dinero fácil e irá a la cárcel. Si ese dinero fácil va a parar a quienes utilizan guantes de seda será, si se lograse demostrar algo, apropiación indebida, pero en todo caso la prisión preventiva no ha lugar para el sector de la población que usa prendas de ese elitista género.